Hoy en el centro de justicia ocurrió una bataola de proporciones mayúsculas, mientras me dirigía a mi trabajo a eso del comienzo de la tarde, en la Av. Pedro Montt un grupo de “personas” destruía las inmediaciones de ese lugar, tras la noticia que los gendarmes procesados por el fallecimiento de sus parientes delincuentes en el incendio de la cárcel de san Miguel eran absueltos de culpabilidad. Ahora bien imaginémonos que surrealista situación se vivía en las inmediaciones de ese edificio, las familias de un delincuente muerto por su propia mano y las de sus amigos en un incendio provocado por ellos mismos mientras utilizaban un balón de gas licuado como soplete para agredirse unos con otros. La gran familia del hampa pide “JUSTICIA” que difícil debe ser para los jueces y abogados dirimir esta situación, por una parte ocho gendarmes que están al servicio de la patria y la ciudadanía, que juraron protegernos de los malhechores, que arriesgan sus vidas a diario para evitar que los delincuentes del país dejen de cumplir su castigo. Por otro lado 81 presos muertos que cayeron mientras reñían entre ellos, mientras se enfrentaban dentro de las celdas de la cárcel de San Miguel, 81 personas que atentaron en algún momento contra personas y sus derechos, personas que sin miramiento fueron artífices del daño a los ciudadanos, motivo por el cual estaban recluidos (no era por buenos).

Creo que aquí la culpa no es de los delincuentes que actuaban como animales dentro de la celda tratando de demostrar cuál de ellos era el más fuerte y el más “choro” de la comunidad delictual del momento, tampoco es de los gendarmes que nos protegen custodiando la reclusión de esas personas, la culpa desde mi punto de vista es compartida entre varios actores El ministerio por no velar por el cumplimiento de las normas de calidad que deben entregarse en las cárceles, recordemos que las personas que están dentro no son animales, aunque se comporten como tal, son seres humano que tienen la única culpa de nacer en barrios donde la sociedad no los toca y las oportunidades no son para ellos o simplemente abusaron de las facilidades que el estado le dio y buscaron el camino fácil. Gendarmería por no cumplir con su trabajo a cabalidad, recordemos que de ellos depende la seguridad de la ciudadanía y de los internos de los centros penitenciarios, no son bomberos, tampoco paramédicos, pero si gendarmes y no deben evitar el ingreso de artefactos que pongan en riesgo a la comunidad penitenciaria. Dejemos de culpar a los pequeños actores del problema y comencemos a desglosar y desenredar la madeja y veamos quienes deben hacerse cargo de los errores de las cárceles.

Pero insisto la familia delincuencial no puede exigir justicia por un delito cuando sus mismos parientes fueron y son delincuentes, que jamás han respetado los derechos de la ciudadanía, bien la justicia es ciega y para todos pero  todos tenemos derechos.