Censura televisiva en los tiempos de los Jiles

Hace algunos meses un lunes me prepare para ver el programa Mentiras verdaderas de la red canal de television, habían pasado varios lunes sin poder disfrutar del ácido análisis político que efectúa al inicio de cada semana la periodista Pamela Jiles, no era de mi agrado hace algunos meses cuando solo la veía en programas de farándula analizando a las pinturitas que tenemos en la televisión, pero desde un tiempo a esta parte se convirtió en un referente de admiración, la fuerza imparable que muestra en cada ocasión para hacer notar al pueblo de Chile la clase política que nos gobierna, las acides de sus comentarios, los que jamás pudieron ser desmentidos por ningún representante de la casta que nos representa en los altares del poder.

Mi sorpresa mayúscula con un dejo gigante de dolor al enterarme por su propia boca que el espacio llamado #ChileAPruebaDeJilesMV era sacado del aire arbitrariamente ¿qué paso? Fue la pregunta que muchos nos hicimos y nos fuimos enterando en el transcurso del programa.

Los altos mandos de la nación están tras esta decisión que no tiene otro nombre más que DICTADURA-COMUNICACIONAL.

Ellos los que juran y re juran estar trabajando para el pueblo y del pueblo, que supuestamente son transparentes con los ciudadanos, los mismo elegidos por nosotros cada cuatro años, los mismos que nos respetan, ellos la MAFIA chilena, muchos inocentes crédulos en los que me incluyo creímos que la dictadura fue abolida hace ya más de veinte años, que la represión televisiva no existía, que la libertad de expresión era un derecho, parece que me equivoque la CENSURA sufrida por Pamela Jiles este último tiempo es clara muestra de que los CORRUPTOS líderes que hemos elegidos como representantes, nos quieren ignorantes de sus fechorías y están acallando a nuestra única representante de la clase SIN MONEA en la televisión chilena, silenciando de manera burda la información que a ellos los haga perder credibilidad. Debo reconocer que escribir esto me da algo de temor, pero mi instinto me obliga a decir lo que pienso pero como están actuando estos tipos me hace recordad la época dorada de la DICTADURA chilena, parece que vamos en el mismo camino y que la libertad jamás ha sido un derecho de los nacionales, más bien una utopía impuesta por la clase acomodada, la ELITE.

La libertad ahora se esconde en el derecho a voto y en el derecho a andar en la calle a la hora que queramos, pero la más grande mentira del país a su vez tiene el mismo nombre, la falsa realidad que vivimos, nos tienen envueltos en sus haraposas promesas de dignidad, justicia y derecho, sus engaños y arreglos entre ellos nos hacen cada vez más ignorantes, manipulan con sus trucos viejos nuestras vidas y nos sumergen en sus ideas WEONAS de la igualdad. Ojala aparezcan como dijo Pamela, nuevas PAMELAS JILES en las comunicaciones televisivas y no se vendad a los poderes MALDITOS de la sociedad, periodistas sin miedo es lo que necesitamos, expertos comunicadores libres de ataduras, guerreros indomables de la libertad de expresión como los que apoyaran la difusión de estas columna, hombres y mujeres de bien a la caza de los omnipresentes emperadores de los sitiales más altos de nuestra cultura política.

No sé si mañana me silencien, podrían hacerlo si quisieran pero sería el fiel reflejo de esta sociedad negra y vendida, no sé si mañana nos callen a todos nosotros así como hicieron callar a Pamela, la única vitrina del pueblo y para el pueblo que teníamos en esos momentos y que ahora nos hace tanta falta.

La verdad no sé qué haga esta sociedad para volver a tener el derecho que nunca tuvo, para volver a encontrar la libertad que jamás perdió porque de ella nunca fue dueña, no sé qué haremos, que hará el estado con nosotros los sordos y ciegos que no escuchamos ni vemos mucho menos creemos en sus promesas de bienestar e igualdad, los que ya no nos meten el dedo en la boca para comprar decirnos que todo estará bien, los que no recibimos el “bono” que compraría nuestro voto el dia D, los que al soborno le decimos no gracias. No más.